Por Ignacio Koblischek. Todos los derechos reservados.
Introducción
Esta etapa comprende desde la aparición de la imprenta en 1450 hasta la caída del Antiguo Régimen en 1789.
Es un período de tiempo que abarca varios siglos, toda la Edad moderna, ya que la decadencia del sistema heráldico se produce de modo gradual. Los ornamentos exteriores van ganando terreno hasta desplazar al emblema heráldico a una posición prácticamente irrelevante.
Por el contrario y contradictoriamente, se trata de una etapa en la que los escudos de armas se propagan más que nunca. Expresan grandiosidad y se utilizan en multitud de adornos, fachadas de casas y palacios, reposteros, carruajes, capillas, etc.
Pero, por otro lado, termina la espontaneidad y la creatividad, se establecen reglas y tiene más valor la descripción del escudo que la propia imagen del mismo. En este sentido, la palabra se antepone al emblema, al dibujo, a lo gráfico. Se consolida el paso del emblema identificativo a la "marca de honor". Se buscan historias noveladas o legendarias que justifican la posesión de un escudo.
Como consecuencia, para que el escudo sea considerado como un "privilegio" u "honor", su concesión y su uso debe estar regulado, el acceso universal y la "capacidad heráldica" quedan limitadas.
El sistema heráldico queda así unido a las altas élites sociales representadas por la nobleza, de esta forma compartirán su encumbramiento y su posterior caída. La apropiación del sistema heráldico por parte de la nobleza propicia que en su caída caigan los dos, llegando así al descrédito. Para comprender mejor esta etapa vamos a dividir su estudio por siglos.
Notas