Por Ignacio Koblischek. Todos los derechos reservados.

2.-Articulación del sistema heráldico. 

Consiste en relacionar los distintos planos y elementos del Sistema Heráldico entre sí. Comenzamos por el diseño inicial y su posterior evolución desde los distintos planos. 

2.1.-El diseño inicial. 

El diseño de los primeros escudos podía consistir en: superficies coloreadas limitadas por los radios de la bloca, superficies coloreadas a modo de figuras geométricas, una figura sobre la superficie del escudo manteniendo la bloca o una o varias figuras sobre la superficie del escudo. Las primeras superficies coloreadas son las interradiales de la bloca. Como ya vimos, pintar los cuarterones de azul, bermejo y plata, es la opción que mejor nos ha llegado documentada.

Los refuerzos añadidos al escudo dan lugar a la formación de otras superficies. Estos refuerzos añadidos se solían colocar en la punta del escudo y en el borde. La incorporación de superficies al escudo vino también de las enseñas y gonfalones utilizados en el campo de batalla. Ejemplo claro, como ya vimos, fue el de Raoul de Vermandois. 

También influyó la ornamentación arquitectónica utilizada en el románico como el taqueado jaqués o ajedrezado de finales del siglo XI. "Se encuentra en frisos y arquivoltas, fundamentalmente, basado en el uso tanto de cuadrados (llamados tacos) o como de rectángulos (billetes), unos hundidos y otros salientes de forma alterna, dispuestos en líneas paralelas, al menos en número de tres, dando lugar a sombras que simulan un tablero de ajedrez, de donde le viene, en parte su nombre, ya que si bien ajedrezado tiene su origen en la similitud de esta decoración con un tablero de ajedrez, el término «taqueado jaqués» está más relacionado con el hecho de presentarse de manera abundante en la decoración de la catedral de Jaca, de donde se debió extender al resto de edificios religiosos que jalonan el camino de peregrinación a Santiago de Compostela" (Wikipedia). 

San Martín de Tours de Frómista. 

Por otro lado, la superficie del escudo es óptima para recibir cualquier tipo de figuras, desde animales, vegetales, construcciones hasta las propias de otros grupos emblemáticos.

La novedad consiste en que las figuras se adaptarán al contorno del escudo. Su posición y número se adaptarán de forma que rellenen el máximo posible de la superficie, como la de rampante o bien ordenadas. Al principio, la elección de las figuras se justificaba por varios motivos:

-Como atributo del titular. La figura más expresiva era el león. Símbolo de fuerza, fiereza, rey de los animales. Utilizado, sobre todo, por reyes y magnates. -Como figura parlante. Con la utilización de una figura que representase al apellido-linaje. Como ejemplo tenemos el cardo de los Cardona,

-Consolidadas por su uso anterior. Pueden ser los signos utilizados como emblemas personales o elementos estructurales del escudo consolidados por el paso del tiempo.

Respecto a la obtención de los colores, en la Península Ibérica y durante el románico "el tono rojo se conseguía con un mineral, la hematita, mientras que otro, la goethita, servía para conseguir el ocre", del carbón y el yeso el negro y los colores grisáceos y el azul de un mineral llamado la aerinita" (1).

El negro o sable se utilizaba preferentemente para objetos cotidianos fabricados en hierro, como las calderas. También para algunos animales como el lobo. En Castilla se utilizó con frecuencia para colorear bandas como en las armas de los Zúñiga, Carvajal o Sandoval.

El verde, menos utilizado, coloreaba las plantas y árboles, pocas veces lo vemos en superficies.

El morado, escasísimo, relacionado con la realeza como el león de las armas de León. Con más frecuencia se utilizaba el rojo o bermejo, sobre todo en el siglo XIII. Lo vemos coloreando el campo de multitud de escudos como Inglaterra, Navarra y Castilla.

Por otro lado, el azul, también llamado cárdeno, multiplica su uso a partir del siglo XIII superando incluso al uso del rojo.

Las combinaciones preferidas son las que utilizan el gules y oro, gules y plata, plata y sable y, oro y sable. Los colores amarillo y blanco, oro y plata, se utilizan para crear contrastes. El nombre suponía un color idea, por lo que se utilizaban todas las tonalidades del mismo.

2.1.- Plano del tipo.

Se comienza a combinar superficies con figuras. Las superficies pueden ocupar el campo del escudo o colorear a la figura. Conforme al primer ejemplo, en 1235, el conde Enrique V de Luxemburgo colocó el león de su escudo sobre el burelado (las franjas azules y blancas, en aquella ápoca posiblemente amarillas y rojas), que llevaba desde 1123 el conde Guillermo en su gonfalón. Posterior desarrollo de este recurso será la fusión de armerías.

2.2.-Plano del soporte.

La forma de la boca del escudo, la colocación y la dirección del escudo serán indicios de un nuevo mensaje. En principio, la forma de la boca nos indicará si es heráldica femenina, eclesiástica o corporativa. Actualmente, ya no es aplicable este criterio. Así, por ejemplo, en los apuntes heráldicos de Mathew Paris, se observa como a los caballeros muertos se les coloca su escudo boca abajo.

2.3.-Plano del significado.

Como hemos podido comprobar el plano del significado invade a los otros dos. Observamos como el soporte (el escudo) toma u significado u otro dependiendo de su forma o posición. Del mismo modo, la forma y el lugar donde se exhiben transmitirán nueva información sobre el titular. Las brisuras, el cuartelado con armas paternas y maternas, las armas de pretensión, alianzas matrimoniales todo ello quedará reflejado en los emblemas heráldicos.  


Notas

(1) SADIA, José María. El románico español. Editorial Almuzara. Pág. 83. 2020.