Por Ignacio Koblischek.
3.- Formación del Sistema Heráldico (1170-1220).
Esta etapa abarca desde 1170, en la que se da por consolidado el uso de escudos de armas hasta 1220, fecha en la que ya es posible recibir dos emblemas diferentes por distintas vías.
3.1.- Fusión de los grupos preheráldicos.
Los emblemas utilizados hasta el primer tercio del siglo XII tenían una gran carga
conceptual. Poco a poco, este sentido pluriconceptual va desapareciendo y los
emblemas van adquiriendo un carácter más denotativo.
El proceso de fusión se produce de una forma espontánea, escalonada y solapada. Cada grupo emblemático aportará inconscientemente lo mejor de sí mismo al futuro sistema con el objetivo de unificar y homogeneizar todo el sistema emblemático.
Los elementos que compondrán el Sistema Heráldico son: las superficies, los colores y las figuras. En su origen, las superficies las proporciona la bloca del escudo con sus ocho radios que la dividen en ocho; los colores y las figuras provienen, entre otros, de las señales de linaje, véxilos o enseñas, remates de ástiles y adornos. Sin perjuicio de la incorporación posterior de cualquier otra figura proveniente de otros grupos emblemáticos.
Especial mención tienen las señales de linaje. Menéndez Pidal las define como "figuras de animales o cosas que se representan según pautas ornamentales, no en el campo del escudo, porque el significado reside en sí mismas, sin necesidad de añadir disposición o colores específicos que adquieren al presentarse en el campo del escudo".
En la zona media estas señales se resistieron a presentarse sobre la superficie del escudo. Estuvieron conviviendo con los escudos de armas hasta el siglo XIII. En este sentido, podemos observar la fusión de tres planos distintos:
-Desde el plano del soporte. El escudo se convierte en el gran protagonista, ya que sustituye gradualmente la decoración arbitraria de su superficie por emblemas utilizados con anterioridad en otros soportes o grupos emblemáticos, que permitirán dotarle de un carácter más personal.
-Desde el plano del tipo. Los emblemas tienen diferentes orígenes: pueden llegar de véxilos, estandartes, enseñas y gonfalones utilizados en el campo de batalla; de la propia forma estructural del escudo como la bloca y las particiones que generan sus radios; de las figuras que simbolizan al titular y al territorio que gobiernan, son los llamados parlantes; y de los que se crean por imitación, copiando lo esencial, pero con variaciones en lo circunstancial. Son emblemas que al pasar al escudo ocupan la totalidad de la superficie, y su actitud o postura se adapta a los contornos del escudo. Algo hasta entonces desconocido. En el sello ecuestre, estos emblemas aparecieron en el reverso con un carácter territorial.
-Desde el plano del mensaje. Se unen todos los mensajes que transmitían los signos de poder anteriores, y ahora se añade también el de la personalidad del titular.
Cronológicamente, el proceso de fusión podría establecerse de la siguiente forma:
1.-En el siglo XI pasamos del uso del escudo redondo con cuatro refuerzos radiales en forma de cruz, al escudo normando, también llamado en almendra. Este escudo se decoraba de una forma arbitraria, como se puede ver en los testimonios dejados en el tapiz de Bayeaux.
La lucha contra el enemigo en común fomenta el espíritu de cruzada. "De hecho, la Iglesia aprobaba los enfrentamientos entre cristianos y musulmanes, razón por la cual muchos autores han justificado la presencia de este tema en los muros de los templos románicos en un momento en el que el oficio de caballero era considerado una noble ocupación" (1). En las representaciones gráficas podemos diferenciar al caballero cristiano del musulmán por el escudo que embraza, si lleva rodela, el musulmán llevará el escudo bivalvo y si este lleva rodela, el cristiano traerá el normando. Precisamente el escudo normando, o de lágrima, será el que en el bando cristiano sustituya a la rodela e imponga su uso con el paso del tiempo.
Capitel del siglo XII atribuido al maestro Juan de Piasca en Rebolledo de la Torre, Burgos. Podemos observar al
caballero cristiano, a la derecha con el escudo en almendra.
2.-A lo largo del siglo XI, se alternan escudos con decoración arbitraria con otros escudos con decoración que podríamos llamar tipo, con figuras de dragones, leones o cruces. Decoración más elaborada, pero que tampoco se puede considerar como un emblema personal.
3.-Al mismo tiempo, las señales de reconocimiento conviven también con esos escudos. Estas señales sirven para identificar ocasionalmente a caballeros, como vimos en el caso del testamento de Lope Garcés.
4.-A finales del siglo XI y principios del siglo XII, se le añade al escudo
normando la bloca, refuerzo de ocho radios con umbo. Este escudo tuvo gran
relevancia y fue muy valorado en su época por la gran belleza de los adornos
(umbo realzado con pedrería), así como por la fortaleza en su estructura. Se le
añadieron también distintos emblemas personales. Por ello, podemos observar
escudos con bloca, escudos con bloca y emblemas, y escudos con emblemas y sin
bloca. La bloca y sus radios ejercieron de líneas divisoras del escudo y facilitaron
la coloración de las distintas superficies que se dejaban ver entre radio y radio.
Ejemplo (imagen arriba). Jaquelado del gonfalón que se convierte en jaquelado del escudo. Paso de un
emblema de un véxilo a la superficie del escudo.
Hay magnates que utilizan, sello propio por estas fechas, como el senescal de Francia,
Raoul de Vermandois que utiliza un sello "hacia el año 1135, Raoul aparece a caballo y
llevando una lanza de la que pende un gonfalón en el que se advierte un jaquelado", y
otro en 1146 "también a caballo embraza un escudo cubierto con el mismo jaquelado".
Ejemplo. Escudo con emblema y bloca. El de Ramón Berenguer IV data del año 1150, tipo
ecuestre mediterráneo, en el que observamos que lleva un escudo blocado con los palos
característicos sobrepuestos.
5-Los refuerzos estructurales desaparecen del escudo. Aparecerán los escudos con los emblemas en solitario, adaptados al contorno del escudo. Solo permanecerán los refuerzos estructurales, como la bloca, cuando por su uso continuado se convierten en emblemas.
Ejemplo. Sancho VI de Navarra (1150-1194) utilizó como signo de validación un sello de tipo ecuestre mediterráneo en el que aparece con un escudo normando o en forma de almendra adornado con un carbunclo, el cual todavía no es considerado como emblema, aunque más tarde sí. Este sello es de gran importancia, ya que demuestra como las famosas cadenas de Navarra tienen su origen en la bloca de este escudo, y no en la batalla de Sancho el Fuerte.
6.-Las primeras manifestaciones de escudos con emblemas heráldicos las
encontramos en el noroeste de Europa occidental, zona del Canal de la Mancha
donde se asentaba la nobleza carolingia más antigua y cercana a Carlomagno.
Los primeros testimonios que se conocen, coinciden con esa zona.
7.-Por último, entre 1190 y 1210, será el escudo el que modifique sensiblemente la forma, más corto, de altura próxima a su anchura, para adecuar mejor los emblemas heráldicos.
3.2.-Consolidación.
Los emblemas heráldicos empiezan a consolidarse por varios motivos, como pueden ser:
-Abstracción. La consolidación de estos nuevos escudos se debe, en parte, a que los emblemas que utilizan tienen una trayectoria previa como antecedente, por lo que se consolida el paso al escudo por el uso. El hecho de representarlos en el retrato jerárquico ecuestre de los sellos en pendiente, consigue su abstracción convirtiéndolo en un signo de poder. Ya no es un escudo, sino el dibujo de un escudo que, de la misma forma, puede dibujarse o trasladarse a otra superficie.
-Individualización. A finales del siglo XII, como fase final que constituye su consolidación, el escudo comienza a aparecer en solitario.
-El sello en pendiente. El sello en pendiente llega a la península Ibérica sobre el año 1170. Es el gran responsable de la difusión de los emblemas heráldicos. Las dos caras del nuevo sello facilitan que en el anverso figure el tipo ecuestre, y en el reverso se añada el emblema heráldico, con claro significado de emblema territorial. Si posteriormente se representan en el tipo ecuestre del anverso sobre el escudo, se las considerarán ya armas personales o de linaje. En ocasiones, pueden aparecer distintos emblemas, uno en el anverso y otro en el reverso, significando la vinculación con el territorio y con el linaje. Un claro ejemplo es el sello de Fernando III, que aparece como rey de Castilla, donde figura el castillo en el reverso y el león en el tipo ecuestre como armas familiares.
Sólo los grandes señores usaban este tipo de sello con reverso emblemático, pero al considerarse sello de validación, realmente podía utilizarlo todo aquel que pudiera suscribir un documento. Estaba recogido y estipulado en las Partidas, pero no había restricciones sociales de su uso. Los que no pertenecían a un estrato social alto no podía utilizar el tipo ecuestre, pero sí recurrir a otro signo: el emblema heráldico.
En 1135 tenemos ya en uso, al menos, la señal perteneciente a Alfonso VII. Años más tarde, las de Fernando II, Alfonso VIII y Sancho VII. También, durante este periodo, se conoce las señales de los Condes Amalrico y Pedro (señores de Molina); de los Condes de Urgel y de Ampurias; y la de los Girón, Meneses y Haro.
-Falsificaciones. Aunque parezca contradictorio, una de las consecuencias de la consolidación de los sellos es su intento de falsificación. Sabemos por Walter Map que el sello de Enrique II había sido imitado a la perfección, e Inocencio III se preocupaba de multiplicar todas las preocupaciones para impedir la proliferación de falsas bulas papales". Del mimo modo, nos cuenta Haskins como "el mismísimo arzobispo de Canterbury, Lanfranc, para demostrar la superioridad de Canterbury sobre York, falsificó nueve documentos cuya validez fue rechazada por la curia papal en 1123 porque no tenían los correspondientes sellos y "no poseían el estilo romanos". (2)
-Espontaneidad. En el proceso de formación no se obedecen leyes de ningún tipo, ni hay restricciones en el uso de los emblemas heráldicos. La única norma a seguir es el sentido común y el buen gusto.
-El escudo como signo de poder. El escudo empieza a figurar como atributo y caracterización del caballero en los signos de poder, como pueden ser los sellos. A partir de ahora, el escudo pasará a ser el soporte de las figuras o atributos que caracterizarán al caballero convirtiéndose, en sí mismo, en un signo de poder independiente.
-Mostrar varios emblemas. A principios del siglo XIII comienza a utilizarse simultáneamente varios emblemas. Las soluciones encontradas para reunir dos emblemas en un mismo escudo varían según las zonas.
En la zona clásica recurren al dimidiado, que consiste en mostrar unidos la mitad de cada emblema.
En la zona media, en la península ibérica, podemos distinguir dos áreas. La portuguesa-leonesa, donde se superponen figuras y superficies; y la castellana, en la que se cuartelan dos emblemas o se colocan las armas secundarias sobre la bordura.
El cuartelado fue el recurso que más éxito tuvo, utilizado por primera vez por Fernando III el Santo para combinar las armas de los reinos de Castilla y León en 1230.
3.3.-Ejemplos
La formación del sistema heráldico se produce en distintas fechas dependiendo del área o zona.
La zona clásica es en la que primero se produce la fusión, pero su expansión dentro de ella también va a contar con distintas fechas según nos alejemos del núcleo.
Así por ejemplo, el primer testimonio que nos encontramos en Suecia es el sello del conde Jarlen Birger Brosas que lleva un lirio en su escudo, aunque se cuestiona si fue realmente un ecudo u otro emblema ya que como dice Wasling (3) "sus hermanos, hijos y sobrinos usaron otros escudos de armas y ningún sueco, noruego o danés (excepto el rey danés) hasta 25 años después no tendrá un escudo de armas". En 1210-1216 tenemos el contrasello del rey Erik Knutsson con dos leones enfrentados y en 1219 los hermanos Lars y Sigtygg Bengtssön firman un documento con un sello que lleva una flor de lis y un asta de ciervo. escudo que luego será utilizado por sus descendientes (4) convirtiéndose así en el escudo de armas más antiguo de Suecia.
En este sentido, los primeros escudos de no nobles o plebeyos, usados en Suecia se pueden encontrar a partir de 1300. Como dice Wasling:
"El primer escudo de armas burgués se conoce desde 1320 cuando el ciudadano de Estocolmo Henrik Sunnedach utiliza una imagen de escudo de armas en su sello. Solo unos años más tarde". Tiene origen alemán por lo que la influencia puede venir de allí" (5).
Sello del conde sueco Birger Brosas (1192-1198)
Notas
(1) La lucha de caballeros en el Románico. OLIVARES MARTÍNEZ, Diana. Universidad Complutense de Madrid . Dpto. de Historia del Arte Medieval.
(2) El Renacimiento del siglo XII.HASKINS, Charles Homer. Ediciones Ático de los Libros, Barcelona 2020. Pág. 87.
(3) Heraldiken i Sverige. Magnus Bäckmark y Jesper Wasling
(4) Blog de Heráldica Sueca. waslingmedia.se
(5) Blog de Heráldica Sueca. waslingmedia.se