Por Ignacio Koblischek. Todos los derechos reservados.

1.-Teorías sobre el origen del Sistema heráldico. 

La formación del Sistema Heráldico implica la unión o fusión de los distintos grupos emblemáticos preexistentes. Esta fusión se realiza de una forma espontánea, escalonada y solapada. Es decir, no es fruto de un consenso o acuerdo, sino que se produce progresivamente en un espacio de tiempo y, cada avance, convive con los anteriores. 

Todas estas características contradicen a las teorías tradicionales, que mantenían un origen fantástico y puntual del Sistema Heráldico. 

1.1.-Teorías de origen fantástico.

Las teorías que consideran que el Sistema Heráldico tuvo un origen fantástico, afirman que el origen "se pierde en la noche de los tiempos"(1), y toman como su fundador al Arcángel San Miguel, a Noé, a Palas o a César. 

Aún en el siglo XIX, nos encontramos autores como Modesto Costa y Turell que son partidarios de esta tesis. Hay algunas teorías que, por curiosas, no podemos dejar de mencionar, como por ejemplo las dos que recoge Vicente de Castañeda (2) de los autores Garma y Aldazábal. 

La primera, la de Garma, nos dice que "la antigüedad del uso del escudo desde los tiempos más primitivos; a este fin recuerda que Adán, después de cometer el pecado original, adoptó como divisa un árbol con una serpiente entrelazada en sus ramas, emblema que continuaron utilizando los hijos de Set para distinguir su linaje del de los descendientes de Caín". 

La segunda, la de José de Aldazábal, "afirma como más lógica que los hijos de Noé, después del diluvio, fueron los primeros que utilizaron cierto y determinado escudo, pues consta que Osiris, su nieto, legó a sus descendientes sus armas, que eran: un cetro con ojo abierto en una de sus extremidades". 

1.2.-Teorías de origen puntual .

En este segundo grupo hemos incluido aquellas teorías que argumentan que el origen de la Heráldica se produce en un momento histórico concreto, tales como la aparición de los torneos, la epopeya de las Cruzadas o la batalla de Hastings.

Todas ellas tienen como elemento común, el elemento militar y el origen razonado, ya que el caballero, al quedar su rostro oculto por el yelmo, necesitaba una forma concreta de ser identificado en el campo de batalla. En este sentido, existen dos teorías. 

-Torneos. Como partidarios del origen en los torneos tenemos a Julio de Atienza (3), que sigue a su vez a José de Asensio (4), quien nos dice que "la Heráldica tuvo su origen en Alemania con motivo de los torneos y fueron los alemanes los inventores de este arte o ciencia, de donde se extendió a las demás naciones". 

-Cruzadas. Como seguidores del origen en las Cruzadas están, entre otros, Francisco Piferrer y Vicente de Cadenas. El primero afirma que "...el blasón, tomado por las armas e insignias de la nobleza, tiene su origen en la Edad Media. Durante el feudalismo y, principalmente en tiempos de los cruzados, empezó a regularizarse y formar un arte, el cual por extensión se llamó también "blasón" (5). 

El segundo autor se mantiene en la misma posición, y prácticamente con las mismas palabras: "La Armería tal y como hoy la conocemos en la actualidad, aparece en Europa en la Edad Medía, en su época más acusadamente feudal y posiblemente sea el directo producto del contacto entre Occidente y Oriente con el motivo fundamental de las Cruzadas en los Santos Lugares" (6).

1.3.-Teoría del Casco en Nasal. 

Entre los defensores del origen de la Heráldica como consecuencia directa del uso del casco en nasal, encontramos a Martín de Riquer, quien nos argumenta que en el tapiz de Bayeaux (realizado entre 1.070 y 1.090), hay una escena de la batalla donde el duque Guillermo se levanta el casco en nasal para que se le reconozca. De ahí la necesidad de llevar emblemas personales para evitar confusiones. Por ello afirma: 

"El nasal contribuyó decididamente a ocultar el rostro de los guerreros, y como todos ellos llevasen cascos del mismo tipo y un armamento defensivo muy parecido, se hacía muy difícil, por no decir imposible, identificar a un combatiente". 

Más adelante continúa: "admiten los especialistas que la auténtica heráldica se originó cuando, oculto el rostro del caballero por el yelmo, fue preciso dotarlo de un signo permanente de reconocimiento, fenómeno naturalísimo desde el punto de vista semiológico"(7). 

1.4.-Reflexiones. 

Frente a estos argumentos, podemos hacer las siguientes reflexiones:

-Hasta la fecha, y salvo error, no está documentado que en la batalla de Hastings ni en otras batallas similares, ya con casco en nasal, se equivocaran los combatientes y se pelearan entre sí los del mismo bando. 

-El casco en nasal comienza a usarse en Europa a finales del siglo IX, casi tres siglos antes que el nacimiento del Sistema Heráldico. 

-Si la necesidad de identificación en el campo de batalla hubiera sido tan determinante en el origen de la heráldica, ¿por qué transcurren casi cien años hasta la aparición de la Heráldica tal y como hoy la conocemos? 

-Si este sistema de identificación era tan eficaz, ¿por qué se necesitan profesionales? ¿por qué los mismos interesados tienen que acudir a ellos? ¿por qué éstos se equivocan? 

Como nos recuerda Menéndez Pidal, "Sabemos, por ejemplo, por la crónica de Heminsgsburgh que el explorador u observador que llevaba en 1265 en la batalla de Evesham el conde de Leicester Simón de Monfort era su barbero Nicolás, qui homo expertus erat in cognitione armorum, con fatal consecuencia para su amo"(8). 

-Si lo que se buscaba era una identificación y diferenciación personal segura en el campo de batalla ¿por qué no se usaron escudos mucho más diferenciados no todos prácticamente iguales? 

-¿Ofrecía realmente el escudo una verdadera señal de reconocimiento en el campo de batalla? Hay que tener en cuenta la distancia que separa a un combatiente de otro, lo desgastado que podría estar y la falta de visibilidad, ya que al llevarlo a caballo estaba sujeto a uno de los brazos. 

-Respecto al gesto de levantarse el casco del duque Guillermo en el tapiz de Bayeaux (escena 55), no tenía como finalidad identificarse ante sus tropas, sino la de demostrar que estaba vivo ya que, al final de la batalla "se rumorea que Guillermo ha muerto en el combate. Apoyado en los estribos y medio vuelto sobre su silla, se levanta el casco para darse a conocer y animar a sus hombres" (9). Es un gesto que sirve de arenga y estímulo, para levantar el ánimo de sus tropas y demostrar que sigue vivo, que no ha muerto. Enseñar el rostro era una prueba inequívoca de vida que no puede sustituirse por la exhibición de un escudo.


Notas

(1) "Historia Universal". Espasa Calpe. Tomo III, 1990. 

(2) COSTA Y TURELL, Modesto: "Tratado completo de la Ciencia del Blasón o sea Código Heráldico-Histórico". Barcelona 1856, pág. 2. 

(3) CASTAÑEDA Y ALCOVER, Vicente de: "Arte del Blasón. Manual de Heráldica". Madrid 1923, pág. 51. 

(4) ATIENZA, Julio de: "Nociones de Heráldica". Reedición, Madrid 1989, pág.16. 

(5) ASENSIO Y TORRES, José de: "Manual de Heráldica y Blasón. Reedición, Manuales "Germen", pág. 7. 

(6) PIFERRER, Francisco: "Tratado de Heráldica y Blasón". Reedición, Madrid 1992, pág. 15. 

(7) CADENAS Y VICENT, Vicente de: "Fundamentos de Heráldica". Edit. Hidalguía, Madrid 1975, pág. 12. 

(8) RIQUER, Martín de: "Heráldica castellana en tiempos de los Reyes Católicos". Barcelona 1986, las dos citas en la página 13 

(9) CEBALLOS-ESCALERA, Alfonso de: "Heraldos y Reyes de Armas en la Corte de España", Madrid 1993, prólogo de Faustino Menéndez Pidal, pág. 8 y 9. 

(10) BAENA YERÓN, Carmen. El tapiz de Bayeaux: documento histórico artístico del siglo XII. Discurso de ingreso de la Académica Ilma. Sra. Dña. Carmen Baena Yerón. Real Academia de Ciencias, Bellas Artes y Buenas Letras "Luis Vélez de Guevara", Écija (Sevilla), 20 de noviembre de 2009. Pág. 26.